miércoles, 22 de julio de 2009

Mi aventura de ser docente

¡Una de las tareas más difíciles en las que me he involucrado es la docencia!
Al trabajar en alguna construcción, sé lo que tengo que hacer; puedo resolver eventualidades que se presenten, y si no lo se, puedo investigar para dar solución acertada. En la educación me encuentro que debo trabajar con sueños e ilusiones, pasiones, desesperanzas, rencores y algunas frustraciones; todo aquel bagaje emocional que cargan los jóvenes. No solo es la cabecita que deben llenar con conocimientos, destrezas y habilidades; es el formar personas de bien, pero “bien”, en toda la extensión de la palabra; que sean tenaces en perseguir el logro de sus objetivos de su proyecto de vida, y si no lo tienen, que lo desarrollen; que sean capaces de enfrentar la adversidades con responsabilidad y entereza; que no sean parte de la corrupción tan proliferante en nuestra sociedad, pero que no los cercene ni agobie; que sean racionales en todos los actos de su vida, en fin… ¡Que sean personas de bien, y que sean felices!
Alternar todas estas concepciones de la vida con la instrucción escolar, son los propósitos reales que debemos seguir. Cada una de las acciones que realizamos con los alumnos debe estar respaldada con este precepto.
Si recordamos nuestros años de estudiantes, veremos que están llenos de detalles que nuestros maestros grabaron en nosotros; desde aquellos que se hicieron odiar, pasando por otros que solo eran miembros del club “15-30”, hasta aquellos que recordamos con profundo cariño y agradecimiento; aquellos a quienes imitamos ocasionalmente, los que no somos maestros de carrera.
¡El saber compromete! Este compromiso involucra el formar al “hombre ideal para nuestra sociedad”, independientemente de que compartamos o no las costumbres de nuestro medio; incluye el que cumplamos la tarea docente que tanto pregona el discurso de la reforma curricular (que el alumno sea pensante y no solo memorice). En forma particular, esto último, es uno de los aspectos que más me preocupa y ocupa en cada actividad que desarrollo con mis alumnos; aunque para ello frecuentemente sacrifique el cumplimiento del 100 % de los programas.
Mi compromiso particular es el apropiarme de más herramientas para alcanzar esa meta; actualizarme en las nuevas tecnologías para implementarlas y adaptarlas en mis clases. Por lo pronto, aunque no soy de informática, sino de matemáticas, compré una computadora portátil y un cañón, que desde febrero pasado la utilizo en casi todas mis clases; con el respectivo software requerido…
No quiero ser parte del grupo de “profes madera muerta con su libro de oro”; quiero ser parte del tercer grupo que mencioné.

2 comentarios:

  1. que bien mi profe y pues le agradesco las enseñansas que nos dio en el 3 y 4º semestre gracias nuevamente es un gran maestro

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  2. Hola!!!

    maestro me parece un excelente blog (y no lo digo solo por que hay una foto de el mejor grupo del cecyteg 6º "A" TAD)

    y me agrada que maestros... es mas amigos como usted se preocupen tanto por la educacion de jovenes como nosotros, invirtiendo muchas cosas como tiempo, dinero, desvelos... y todo para ayudarnos a nosotros....

    la verdad muchas gracias por toda su ayuda y todos los consejos que nos inculco... creame que todos esos valores los sabremos poner en practica...

    asi que maestro siguale echando ganas...

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